El GAP es un conjunto de ejercicios orientados al trabajo de los glúteos, los abdominales y las piernas.
 
De hecho, el significado de las siglas GAP es ese mismo: glúteos, abdominales y piernas, en referencia a las zonas trabajadas durante la actividad.
 
Con las clases de GAP, lo que se busca es poder tonificar estas zonas y favorecer la quema de grasa gracias al gasto calórico realizado.
 
Los ejercicios de GAP se realizan a lo largo de una clase dirigida en grupo, es decir, que contaremos con la guía de un instructor o instructora y estaremos acompañados de otras personas, por lo que resulta una actividad muy amena.
 
Sus beneficios son los siguientes:
 
  • Permite fortalecer los glúteos, los abdominales y las piernas.
  • Favorece la quema de grasa y, con ello, la tonificación y la definición muscular. 
  • Nos va a permitir corregir en cierta medida problemas posturales. Los abdominales forman parte de la musculatura central de nuestro cuerpo (lo que se conoce como el core), e intervienen en la mayoría de movimientos y acciones que realizamos a lo largo del día. 
  • Nos va a permitir mejorar en otros deportes. Con el GAP vamos a trabajar la musculatura del tren inferior y los abdominales, los cuales, como acabamos de decir, intervienen en la mayoría de las acciones que realizamos.
  • Permite trabajar el suelo pélvico, algo de especial importancia para las mujeres que ya han sido madres, o que se acercan a la etapa de la menopausia. Trabajar la musculatura del suelo pélvico es algo a tener en cuenta en este grupo poblacional, ya que evitará problemas tan habituales como las pérdidas de orina.
  • El GAP ayuda a reducir la celulitis, uno de los objetivos más deseados especialmente por las mujeres. Los muslos y los glúteos son zonas de frecuente aparición de este problema estético. El trabajo de una clase de GAP favorece la circulación sanguínea, además de trabajar dicha musculatura, por lo que resulta muy adecuado para reducir la cantidad de celulitis.
  • Las clases de GAP nos ayudan a reducir el estrés y a mejorar nuestro estado de ánimo. Está más que demostrado que el ejercicio físico es una de las mejores formas de liberar tensiones que acumulamos a lo largo del día. Además, durante la actividad física se liberan endorfinas, un grupo de hormonas peptídicas generadas en el cerebro por la glándula hipófisis, y que actúan de manera similar a los opiáceos, mejorando el estado de ánimo.